lunes, 31 de diciembre de 2007

El último día del año

Hace mucho que no escribo y para poner punto y final a este año voy a hacerlo con unas reflexiones.
En días como estos, en estas fechas, recuerdas a los que no están, a los que están lejos, a los que desaparecieron de tu vida para bien e incluso para mal.
Uno se pone a pensar en tantas cosas... que trata de sacar un balance del año. Quizás para mí no haya sido todo lo fructífero que hubiera deseado en los aspectos que más anhelaba. Pero sí que he podido retomar antiguas amistades en las que (como dice la frase) creció la hierba.

Más humano, más cercano, mejor entendedor.... que continúa esperando en el banco de la paciencia una pequeña oportunidad, que quizás no tenga que dármela nadie sino yo mismo.

Desengaños, aceptación de realidad... en fin: la vida.

Lo que sí he podido comprobar que aunque tenga pocos amigos, éstos son amigos de verdad. Me sobran dedos de las manos contándolos a todos. Más cerca o más lejos siempre me han demostrado su afecto, apoyo y que están ahí para lo que necesite. Es lo que quizás eche en falta en la familia. Una familia muy dispersa y desunida. Quizás le tenga más aprecio a mis amigos que a mi familia. Pero como también dice otra frase: "la familia te toca; los amigos los eliges tú".

Bueno. Que todo el que lea esto tenga un buen 2008 y que se conciencie de que solo tenemos un planeta y hay que cuidarlo entre todos. Recicla, ahorra energía, agua, etc. El futuro es nuestro y para nuestros sucesores. No dejemos para otro día lo que hoy podemos solucionar.

Que condenen a aquellos que despilfarran, que se creen dueños del mundo, a los que promueven las guerras, a los que hacen telebasura y sus seguidores.

Feliz Año a tod@s.

"No dejes crecer la hierba en el camino de la amistad".

sábado, 24 de noviembre de 2007

Ya me gustaría....

Hoy mi alma navega
por un mar de felicidad,
zarpando rumbo a los sueños
tu puerto es su destino final.

Tu mudo veneno fue el motivo,
en mis sentimientos fue letal.
Desde entonces soy cautivo
y ya no pienso en nadie más.

Tus ojos
el espejo de las olas,
tus mejillas
la nube arrebolada,
la razón de mi vida,
tu mirada…

No me importa la tormenta,
ni su voz, ni el temporal;
sólo tus deseos más pequeños
por hacerlos realidad.

Tu caminar de princesa
hace a las plantas brotar,
es tu andar fundido en verso
poema hasta la eternidad.

Tus labios
un dulce caramelo,
tu nombre
el canto del cielo,
de estrellas fugaces
compuesto tu pelo.

Pocos fueron pregoneros
de este anhelo que hoy recito,
anhelo que hiciste verdadero
pintando de real el mito.

Mi corazón fue el primero,
y me lo dijo despacito:
"el amor que siento es tan sincero
que no lo alcanza el infinito…".

Tu sonrisa
el reflejo de mi alma,
tu dulzura
la Armada Invencible,
lo que siento al tocarte
indescriptible...

Gracias por haberme hecho soñar...


Ya no siento como antes. Estoy en punto muerto. Ojalá llegue el momento en que todo esto pueda hacerlo realidad.

miércoles, 17 de octubre de 2007

La enésima vez

Hoy no era el día que tenía pensado escribir sobre este tema, pero las circunstancias así lo han querido.
Esta mañana recibí una llamada que no quería recibir. Pese a la tardanza, sabía que un día de estos se produciría. - "El día 23 comienzas" -. Avalancha de pensamientos.
En estos días de impás he tratado (más bien poco) de refrescar un poco la memoria, pero los intentos no han podido ser menos fructíferos. Y es que, después de darle vueltas al coco, he llegado a la conclusión de que no me gusta programar.
Al margen de todo esto creo que busco una excusa para "librarme" de las prácticas. Buscando "impedimentos mentales y físicos". Creo que no son más que trampas.
Ya no valen los trucos. Se trata de mi futuro. Y es que en muchas ocasiones he pensado que he tratado de ocupar mi tiempo en algo para refugiarme. Para posponer esa decisión que, pienso, ya debería haber tomado hace tiempo.
Una nueva oportunidad se abre en el horizonte. Os doy las gracias (Luis, Leti y Vane).

"Quiéreme cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite".
- Dr. Jeckyll -

lunes, 8 de octubre de 2007

Cómo hacer humo




Llevaba unos días pensando sobre la forma de crear humo para una fotografía que tenía en mente. Estoy realizando estas fotos por motivo de un concurso llamado "Caminos de Hierro" relacionado con el mundo del ferrocarril. Después de preguntar a unos y a otros que me recomendaron el humo del tabaco (tan sano él) o quemar media casa.... (no coment), me decidí por "quemar" un poco de incienso.

Total que le pregunto a mi amigo Chechu, más relacionado que yo con este mundillo, si tiene algún resto de Semana Santa para hacer el experimento. Esperaba su llamada mediada la mañana, pero su tardanza me hizo deducir que no tenía. Después de hablar con él y explicarme el proceso, me lancé a la semillería de mi barrio que para mi asombro vendía el incienso en cuestión.

Llego y me pongo a preparar la "escena". Saco un antiguo tren de juguete al que solía hacerle interminables recorridos cuando era niño; aparto lo que me estorba de unos de mis escritorios; pongo el trípode, saco la cámara y al lío del montepío.

Aún no entraba el sol a través de la veneciana, así que me puse a buscar el encuadre que más me gustaba. A continuación empezó lo bueno: la creación del humo !!! Jejejeje.

Saco del paquete 3 pastillas de carbón litúrgico tal y como me dijo mi amigo. Al principio traté de encenderlas con cerillas, pero viendo el despropósito las cogí de 1 en 1 hasta que empezaron a saltar chispitas (creo que ya estaban encendidas). Abaniqué un poco hasta que salió un color candente y a continuación puse sobre ellas una cucharada pequeña de incienso. Aquello parecía la fumarola de un volcán. Vaya tela. Rápidamente busqué el mejor lugar para que el efecto pudiera apreciarse y comencé la sesión.

Poco a poco mi habitación se transformó en una típica mañana londinense; eso sí, olía a Semana Santa. Tras diversas tomas y un bolillón del 15 me dispuse a recoger el tinglao. La casa llena de humo con un fuerte olor entre incienso y vainilla. Todas las ventanas abiertas.

Por fin un poco de aire puro. Quise comprobar rápidamente si el humo había tenido el efecto deseado sobre las tomas. Y cuál es mi asombro cuando compruebo el resultado. ¡¡¡ No se ve el humooooo !!!! Total, la escena montada para nada y mi madre echándome la bronca por cómo había puesto la casa.

Al rato mi madre me dijo que me acercase a comprar el pan y allí fuí. A la vuelta coincidí con un vecino y llegando a mi planta me dice: "huele a flan". A esto que yo le contesto: "será el hambre que tienes, porque a estas horas....". Y yo pensando para mí (si supieras de donde viene este olor.......).